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EL RETORNO DE SATURNO. Momento de reflexión y cambio.

Durante la consulta de esta semana me llegó, desde tres consultas con perspectivas distintas, la misma inquietud: ¿Cómo me afecta el Retorno de Saturno? Todos saben que no creo en casualidades sino en causalidades, y como tal era bien claro que estas consultas traían dos temas en común: su edad, y la precepción del miedo.

En la Astrología todo tiene su momento. El tiempo de El Creador es perfecto. Y todo lo que no se atiende por ignorancia o por omisión trae su consecuencia. Y aunque se repiten las oportunidades, en circunstancias similares, asociadas o inversas, debemos actuar con responsabilidad, y a conciencia para atender nuestro proceso evolutivo.

El periodo entre los 28 y 30 años es clave para el ser humano este proceso evolutivo. Saturno pasa de nuevo por la misma posición fijada en el momento de nuestro nacimiento, como cuando el reloj vuelve al mismo punto después de 24 horas. Es un espacio de tiempo en donde se percibe que la estructura que nos sostenía cómodamente durante nuestro primer ciclo se está desmoronando. Sin duda esta percepción de mezcla entre miedo y frustración no es una sensación agradable, pero sí­ que es necesaria de atravesar para poder revisar como hemos atendido este inventario de experiencias de nuestra primera etapa de vida, y obligarnos a entender que lo vivido trae una enseñanza de crecimiento que ahora debe ser aprovechada en un siguiente ciclo hacia la maduración. Es una especie de ejercicio hacia la mayoría de edad evolutiva, ahora desde la conciencia.

Siempre menciono en la consulta que Saturno es el maestro del zodíaco. Con su autoridad nos conecta con nuestro interior, poniéndonos a prueba a partir de nuestras limitaciones, dudas, temores, y sensación de inmerecimiento, que nos inhiben a actuar cómodamente en defensa de nuestra autoestima e intereses. Recordándonos así que no somos ni capaces ni suficientemente valiosos para poder recibir recompensas tales como el afecto o la realización. Nos reta.

Ahí está el momento del desafí­o, en donde debemos partir de nuestra experiencia para fijar con ambición la nueva meta, crear el escenario, ser disciplinados, perseverantes y dedicados, pues haciendo la tarea para supuestamente atender la demanda del maestro, obtenemos el verdadero premio: la experiencia que nos permite fortalecer la confianza en nosotros mismos, y con ella llegar a lo ilimitado de nuestro crecimiento personal, confirmando que todo es posible desde esta nueva conciencia.

Particularmente en este año, Saturno hace su primer retorno para los nacidos entre marzo de 1987 y noviembre de 1988 atendiendo su mayoría de edad astrológica. Para Ustedes sería muy conveniente entender su etapa previa, con su paquete de cargas y frustraciones, y aprovechar la lección de este primer ciclo para encaminarse con total confianza hacia esta nueva oportunidad de vida, en el segundo acto de esta maravillosa obra de teatro que conocemos como propósito de evolución personal.

Para Ustedes y para todos siempre hay espacio en mi consulta.

Es un placer servirles. Con cariño.

EL TIKÚN Y LOS NODOS. ¿CUÁL ES TU PROPÓSITO DE VIDA?

La palabra TIKÚN en hebreo quiere decir propósito, o corrección de nuestra alma. La Kaballah (el pensamiento esotérico del judaí­smo que estudia a profundidad las sagradas escrituras), nos enseña que venimos con un equipaje kármico de vidas pasadas, en donde traemos temas todavia por aprender, o que aún no hemos manejado adecuadamente. Todo aquello que nos resulta incómodo o difícil de llevar. Lo que impide traer la luz eterna de la plenitud a nuestras vidas, y entender que debemos enfrentar.

El Tikún es una cadena de experiencias, en donde todo tiene su orden. Es minuciosamente planificada antes de nuestra llegada a este mundo terrenal, y tiene un sentido perfecto. En ella no hay casualidades sino causalidades. Todos somos iguales de importantes y todos tenemos una misión en la vida. Es nuestro deber reconocer nuestro Tikún es identificar nuestro bagaje del pasado y nuestro propósito en esta vida, y es nuestro compromiso corregirlo hacia nuestro identificado rumbo. Podemos tener, entre muchos otros, un Tikún con el dinero, la salud, nuestras relaciones, nuestra familia. Debemos dejar de sentirnos las víctimas, para convertirnos en verdaderos generadores de nuestra realización evolutiva.

En la Carta Natal, el Tikún hace referencia a LOS NODOS, que, con sus dos polos diametralmente opuestos, como brújula identifican y guían el destino de nuestra alma. El Nodo Norte hacia nuestro futuro y su camino, y el Nodo Sur con el equipaje acumulado de nuestras experiencias de vidas pasadas.

Da tristeza encontrarnos con personas preocupadas solamente por levantarse para atender sus tres comidas diarias y ocupar su rutina en actividades cotidianas, esperando a llegar a dormir mientras programan el round del dí­a siguiente. Donde tanto compromisos como obligaciones sociales son impostergables, y donde los negocios se suman al ego en prioridades incuestionables.

He venido aprendiendo a reconocer lo que Soy, por encima de lo que tengo. Desde este escenario me ha sobrado muchí­simo tiempo, ahora disponible. Aquel que no me alcanzaba cuando iba a la oficina, llenaba documentos, atendí­a posibles negocios, resolvía problemas de impuestos y conseguía de aquí para allá, con dificultad, para pagar mis deudas. De paso y con suerte, almorzar a gusto. Regresaba a casa con un licuado emocional de frustración, esperanza y ansiedad, para pensar nuevamente en la estrategia del día siguiente.

Hoy agradezco a la vida por tener un espacio con propósito distinto. Un espacio de mucha calidad. Atendiendo mi servicio en mi ritmo, desde el amor incondicional, sin esperar que lo externo me afecte. Lo logré después de identificar el transito astrológico que coincidió con entregarme a la Divinidad en un doloroso proceso, teniendo que aceptar mi realidad por encima de mi rutina cotidiana.

¿Cuál es tu realidad? ¿Cuál es tu propósito de vida? ¿Cuál es tu Tikún? Porque alguno debes tener, ¿verdad? Si persiste alguna duda, te invito a acercarte a mi consulta para identificar juntos tus Nodos Norte-Sur, y conversar del Tikún en tu Carta Natal.

Es un placer servirles. Con cariño.

ASTROLOGÍA Y NEGOCIOS

¿Las Personas Jurí­dicas (sociedades o negocios) también tienen su Carta Astral?

La respuesta es CLARO QUE SI.

Así­ como las Personas Naturales identifican su propósito evolutivo en su Carta Natal al dar su nombre completo, lugar, fecha y hora de nacimiento, las Personas Jurídicas tienen su momento de conexión para actuar con su propósito universal en el instante en que se firma su escritura de constitución, o el documento equivalente que formalmente vincula a los respectivos socios. Así­ de simple.

A diferencia de los individuos que no siempre ven con lucidez su destino, los socios tienen claramente identificado cual es el propósito de la sociedad. Su Objeto Social. Esperan además que este objeto social se cumpla a cabalidad, para beneficio de la comunidad y de sus socios. Pero lo que no consideran al momento de la fundación, es que su destino natal podrí­a tener un curso distinto. Algo así­ como crear una sociedad con el objetivo de ganar dinero a base de préstamos, pero que, al firmar su escritura de constitución, sus condiciones astrológicas la establecen como una entidad de beneficencia. Paradójico, ¿no?

Este concepto astrológico puede ser ampliado para permitir además identificar la relación entre socios, sus roles participativos, la mejor elección de sus candidatos para elegir representante legal, sus gerentes de división, y hasta los mismos subalternos. Todo con base en un sincronizado proceso comparativo entre Cartas Astrales.

Tímidamente, muchos países ya han entrado en la llamada Astrología Financiera, utilizada hoy por las grandes empresas a la hora de cerrar importantes negocios, fusiones o compras. En países desarrollados de Europa y Oriente se encuentran firmas asesoras de Astrólogos Financieros dedicados exclusivamente a esta actividad. Ellos atienden a empresas que, entre otras, aparecen ranqueadas en el Fortune 500, haciendo parte de su grupo asesor de abogados, economistas y financieros, que identifican los mejores momentos bursátiles y las óptimas oportunidades de inversión.

En la Carta Astral, cada uno de los planetas tiene significados propios al tema de negocios. Por ejemplo, el Sol representa la organización y el liderazgo, Urano la tecnologí­a, Venus las artes y el entretenimiento, Plutón el poder, Mercurio la relación comercial. La Luna en su velocidad, y vinculada con los eclipses, identifica momentos de alza, depresión o reserva. La ubicación de los planetas en la Carta Astral y sus relaciones vectoriales también identifican las fortalezas y debilidades de cada empresa, y los referentes ciclos externos de alta y baja intensidad económica.

Aunque hemos avanzado bastante, todaví­a algunos conjugan con reserva Astrología y Negocios, pensando en que estas decisiones estarían basadas más en la mancia que en el análisis racional. Sin embargo, muchos y serios estudios vienen demostrando la importancia que trae la Astrologia en la toma de decisiones de todo tipo. !Atrévete a ser un visionario más!

Como diría el importante banquero e inversionista norteamericano J. P. Morgan (1837 -1913) Los millonarios tienen suerte, los multimillonarios usan la Astrología ” 

Es un placer servirles. Con cariño.

LA ASTROLOGÍA COMO SOLUCIÓN DE CRISIS EN RELACIONES.

Con el signo de Libra como protagonista en estos días, no hay tema que sea más importante que las relaciones personales, en donde los libranos son expertos en armonizar, complementar y preocuparse por el bienestar de su pareja o de su asociado.

Si las relaciones fueran sencillas, entonces: a) ¿Por qué ha subido la estadí­stica de divorcios en el mundo y los jóvenes prefieren casarse mayores, hasta sentirse seguros o realizados? b) ¿Por qué las relaciones entre padres e hijos han cambiado su dinámica, y en algunos casos los llevan a diferencias irreconciliables? c) ¿Porque socios y asociados optan por liquidar sus contratos societarios en los juzgados?

La respuesta es bien sencilla: ¿Como podemos entender a nuestra pareja, padre, madre, hijo o asociado, si no nos conocemos a nosotros mismos? Atendemos extensas y costosas terapias, y buscamos apoyarnos en asesores y amigables componedores, esperando de ellos una fórmula mágica de entendimiento, que además nos otorgue la razón. Es bien claro que todo lo que nos hace falta es conocernos y conocer a nuestros semejantes, evitando el caos que imposibilita partir de una muy clara posición, la que al final dejamos al azar, atendiendo un ejercicio costoso y doloroso de prueba y error.

Lo increíble de todo esto es no considerar herramientas de extrema velocidad y precisión para obtener este entendimiento desde nosotros mismos. En Astrología, reconocernos nos toma un par de horas de consulta, entender a nuestra pareja, hijo o socio toma otra consulta, y conciliar entre nosotros otra. En seis horas de trabajo podemos tener suficiente claridad de quienes somos, y de cómo plantear las reglas del juego en nuestras relaciones. ¿Algo más rápido y práctico que esto?

En una Carta Natal podemos identificar como amamos y que esperamos de nuestra pareja, como percibimos a nuestros hijos y como a nuestros asociados. Existe una Carta Astral llamada Sinastría, que permite comprar a dos personas entre sí­, cada uno desde su propia perspectiva personal. Todo en velocidad.

Por ejemplo, cada uno de nosotros, como todo el Universo, se compone de los cuatro elementos: fuego, tierra, aire y agua. De acuerdo con las posiciones planetarias, la identificación de la proporción de estos cuatro elementos en el individuo permite entender en términos objetivos su acción, estructura, entendimiento y emocionalidad, y como atender sus debilidades con las fortalezas del otro. Entrando en un dedicado proceso, podemos identificar desde cada Carta Natal la detallada observación de cada individuo a su esencia, y cómo perciben sus sentimientos, emociones, comunicación, afectividad y acción. Entender cuales son sus fortalezas y debilidades, cual es su tarea evolutiva, y cuales son los conceptos de su generación para cambiar el mundo, conciliando abiertamente sus propósitos comunes y complementarios.

Si esperas que tus relaciones y procesos asociativos se resuelvan con solo voluntad, y por arte de magia, estas bien equivocado. Ponle un poco de sentido común astrológico desde el amor incondicional, y verás que todo se resuelve.

Será un placer servirte. Con cariño.

EL AÑO NUEVO JUDÍO Y LA ASTROLOGíA.

SHANÁ TOVÁ. Son las dos palabras que decimos los judí­os al desearnos un feliz año. Estamos celebrando el comienzo del año nuevo judí­o (Rosh Hashaná) 5778, en donde nos acercamos a la sinagoga para atender la oración y escuchar el sonido del shofar (cuerno de carnero), que llama a la meditación, al autoanálisis y a retomar el camino de justicia (Teshuvá). Luego nos reunimos en casa, alrededor de la mesa en una cena familiar, como es costumbre en varias de las celebraciones religiosas judí­as. En esta ocasión compartimos la manzana con miel, deseándonos un año dulce. Este dí­a es el primero de los diez dí­as de introspección y balance de las acciones realizadas, que terminan con el Yom Kippur (Día del Perdón).,

Varias cosas para compartir en esta corta reflexión: – La primera: No estamos celebrando el comienzo del año judí­o, sino el primer día de la creación del mundo por el Todopoderoso que, según la tradición judí­a, aconteció en octubre del año 3760 antes de la era común. Este mes de Tishrei es realmente el séptimo mes del año, siendo el mes de Nisán el primer mes judí­o (hacia marzo-abril, época de la Pascua). De allí­ que el calendario judío hable de 5778 años, y se agrupe de septiembre a septiembre. – La segunda: El calendario judío es calendario lunar, razón por la cual existen diferencias referenciales frente al calendario gregoriano. La tercera: En el judaí­smo el día comienza al anochecer, y termina con el atardecer del día siguiente. Para confirmar su inicio requerimos identificar la salida de las tres primeras estrellas en el firmamento. El inicio del mes judío coincide con la luna nueva, y las festividades rondan a la luna llena. Nuestros sabios atendían la observación empírica de la luna y las estrellas para calcular los meses, las estaciones del año y la ubicación de las festividades religiosas.

La astrología para el judaí­smo tiene una percepción particular, y diversas opiniones. En la Torá (antiguo testamento) se asocia a los patriarcas con las estrellas, siendo guiados por ellas para identificar su camino y su propio destino. Abraham es considerado el primer astrólogo cabalista, quién conocí­a a profundidad el contenido de los secretos del universo.

También es bien claro que el pueblo de Israel rechaza a brujos, hechiceros y adivinadores. ¿Entonces, como coinciden el judaí­smo con la astrologí­a? En mi opinión, la apreciación acertada, que parte de principios claros basados en la fí­sica, astronomía, matemáticas y referencias espaciotemporales, está en atender un proceso descriptivo y nunca un proceso predictivo. En el segundo proceso, entramos en conflicto con los destinos de El Creador que, como Ser Supremo, trae para nosotros. Muy diferente es en el primer caso, donde logramos identificar nuestras fortalezas y sentido de vida, atenderlos a cabalidad, y vivir nuestra realización personal en comunión con nuestro prójimo.

El Creador es único, y sus expectativas para nuestras vidas también lo son. Amén.

Shaná Tová para todos. Es un placer servir. Con cariño.